El Wall 57 es un restaurante luminoso, amplio y diáfano situado en Valldoreix, a pocos kilómetros de Barcelona. Albert Ventura es el chef, que ha sabido traer toda la personalidad de la cocina del Coure, el otro restaurante que regenta en Barcelona, a este nuevo proyecto. Le acompaña en los fogones el cocinero Pau Pérez.
Un interiorismo sencillo y austero, con una barra larga en medio de la sala, una cocina a la vista y sólo media docena de mesas conforman un conjunto funcional y confortable. Hemos hablado con Pol Turull, gerente del Wall 57, para que nos explique este alentador proyecto gastronómico.
¿De dónde nace esta voluntad de Albert Ventura de abrir el Wall 57?
El restaurante abrió sus puertas el 2 de febrero de 2012. Hacía tiempo que Albert le daba vueltas a una especie de contraposición al Coure, quería romper moldes. Mientras el Coure es un restaurante con poca luz natural, aquí todo son ventanales e, incluso, se puede ver la montaña. Además, él buscaba crear un espacio para huir de la desazón de la capital, para reencontrarse con la tranquilidad que ofrece Valldoreix.
¿Hablamos de una contraposición al Coure o de un híbrido?
Podríamos hablar de un híbrido. Aquí la barra es mucho más amplia y ofrecemos algunos de los platos estrella del restaurante barcelonés, tanto de la barra como del restaurante a carta, así como algunos platos propios. Pero el objetivo es el mismo: ofrecer la máxima excelencia culinaria a un precio ajustado, que el cliente disfrute al máximo sin dejarse la cartera.
Vuestros clientes del Coure, ¿encontrarán algo nueva si vienen al Wall 57?
La clave es la barra, más extensa aquí, que permite acomodar más comensales. Además, la cocina es abierta, lo cual implica mostrar al cliente no sólo el rigor con el cual se elaboran los platos, sino que también nos brinda un punto de dinamismo y diversión. Para mí, que estoy de cara al público, me permite tener un trato más directo, cosa que es similar al Coure. Ves sus caras, gestos, sabes si quieren un punto más de sal o cocer algo más la carne. Los conoces y los fidelizas. Como siempre dice Albert: “El restaurante no es mío, es de mis clientes”. El resultado: disfrutar a ambos lados de la barra.
¿La barra no resta intimidad, por ejemplo, cuando se trata de la cena de una pareja?
Todo el contrario. Creo firmemente que estar lado a lado con la pareja permite hacer un gesto cariñoso, sentirte más cercano a tu acompañante... Yo considero que la intimidad se ve potenciada por la barra. Y así lo demuestra el hecho que vienen a menudo parejas a comer y cenar.
¿Qué buscáis con vuestra cocina?
La excelencia. Somos partidarios del producto de proximidad siempre y cuando sea lo mejor que podemos ofrecerle al cliente. Muchos de nuestros platos tienen como esencia la poca manipulación, como la barra del Coure. Buscamos una elaboración respetuosa de un producto de mucha calidad y una presentación armoniosa. Nuestra carta cambia muy a menudo, siguiendo la temporalidad de los ingredientes y su máxima frescura. Así pues, sólo sois partidarios del Km. 0 en caso de que os pueda brindar el mejor posible… Efectivamente. La carne, por ejemplo, nos la sirve, entre otros, un magnífico proveedor de Galicia. En cuanto a la burrata, nos la trae un exportador de Italia, donde se elabora artesanalmente este magnífico queso. Y así con otros ingredientes.
Queda bastante claro que vuestro leitmotiv son las medias raciones.
La idea es precisamente huir del menú degustación, que a menudo hace que el cliente salga empalagado del restaurante. Lo que queremos es que el comensal se deje llevar por su vertiente más curiosa de picoteo y elabore su propio menú degustación. Y que le queden platos por probar y vuelva. Y entonces de nuevo habrá novedades en la carta que le harán mantener vivo el gusanillo para volver. Este hecho, más nuestro trato, que intenta ser sumamente atento, creo que es la clave del éxito del Coure y del incipiente Wall 57.
¿Nuevos proyectos en perspectiva?
Queremos seguir mejorando nuestra terraza, a nivel de interiorismo. Cómo ya empezamos el año pasado, queremos apostar por la música en directo. Y es que somos de la creencia que no hay nada mejor que una buena comida acompañada de buena música, buena compañía y una buena bebida. Toda una experiencia gratificante
. ¿Quieres saber un poco más del proyecto de Wall 57? No te pierdas nuestro vídeo.