Víctor Ferrer era un enamorado del colmado que sus tíos abrieron en el año 1961, en la calle Girona de la Ciudad Condal. Estos trasladaron su afición por la gastronomía a la tienda, ofreciendo productos y alimentos de calidad que no se encontraban en todos los colmados tradicionales. "Recuerdo que en aquella época ya tenían una veintena de especialidades de cerveza y más de cuarenta tipos de quesos. Siempre que los visitaba me quedaba fascinado, para mí era como la cueva de Alí Babá, con mil referencias de productos", dice Ferrer.
Por eso, cuando decidieron jubilarse, Ferrer sintió que no podía perder ese local por el que tenía tanta estima. Ya se había formado como chef en Francia y en nuestro país, así que abandonó su Madrid natal, se trasladó a Barcelona y se hizo cargo del colmado familiar. Primero como tienda gourmet, a la que posteriormente añadió una cocina en la que elaboraba catering y comida para llevar. Eso le funcionó y en 2011, junto con un amigo de la infancia y ahora socio, apostó por convertirlo todo en un bar: el Betlem.
Carrer de Girona, 70
08009 Barcelona Barcelona
España