Hotel Restaurant La Plaça

En un lugar tranquilo y encantador de l'Empordà, un paraje al que muchos atribuyen similitudes con la Toscana italiana, se halla Madremanya. Un pueblo de color miel, tranquilo, en el que el tiempo parece estirarse, situado en la cumbre de un cerro que permite contemplar las ondulaciones del paisaje que lo rodea. Junto a la iglesia del pueblo encontramos un hotel con encanto, ubicado en una magnífica masía ampurdanesa con más de cuatro siglos de historia rodeada por un delicado jardín.

Se trata del Hotel Restaurant La Plaça, propiedad del chef Vicenç Fajardo y de su mujer, Mònica Farré. Hablamos con Vicenç sobre el entorno sumamente acogedor y su cocina refinada y sutil.

¿Qué oferta gastronómica encontramos en el Restaurant La Plaça?

Me gustaría pensar que se aproxima a la cocina de mercado basada en el producto de temporada. Es una cocina catalana elaborada, pero que al mismo tiempo permite disfrutar plenamente del sabor de cada ingrediente. A pesar de no serlo al 100%, es una cocina kilómetro 0, ya que trabajamos con los productos de nuestro huerto y con los que nos proveen numerosos productores de la zona.

¿Por qué creéis firmemente en la cocina de proximidad y estacional?

Por dos motivos: es una cuestión ecológica y siempre hemos tenido muy en cuenta que hay muchos productores locales que hacen un trabajo espléndido y debemos apoyarlos.

¿Qué recomendarías a quien no conozca todavía La Plaça, el menú degustación o la carta?

Depende del cliente y del apetito que tenga. Hay platos del menú que están en la carta y al revés. El menú degustación era la escapatoria perfecta para poder ir algo más allá y hacer una cocina más osada, con platos como unas kokotxas de bacalao con tripa y judías del ganxet o una tarrina de cerdo ibérico con orellanes, dátiles y cebollitas. Es una cocina de paisaje y temporalidad, como la carta.

Contáis también con un hotel. ¿Los huéspedes que pasan aquí una semana pueden pedir algo fuera de la carta?

Evidentemente. Me gusta conocer a los clientes por su nombre y apellido. Me encanta recomendarles qué visitar en la zona y, si un día quieren una cosa en particular, la hacemos si es posible. Comentamos con ellos que querrán cuando vuelvan de una excursión o les recomendamos probar uno u otro plato... No somos seguidores de tendencias, lo que nos hace felices es hacer nuestro trabajo y que eso haga feliz al cliente.