A finales de 2015, el Mercat Vell de Sant Cugat abría sus puertas reconvertido en un mercado gastronómico, al estilo de los que proliferaban en otras ciudades españolas, y llamaba nuestra atención con su doble propuesta que combinaba la venta con la degustación de producto. En Gastronosfera tuvimos la oportunidad de visitarles y de conocer, una a una, sus paradas. Unos años después, volvemos a dar un paseo por este mercado para ver qué ha cambiado y para confirmar que su oferta sigue siendo igual de atractiva.
Listo para degustar
Este edificio centenario, que tras su rehabilitación pudo conservar algunos de sus detalles modernistas, cuenta actualmente con una decena de paradas: frutería, pescadería, carnicería, panadería y pastelería, etc. que ofrecen producto fresco del día y de primera calidad. Las paradas están abiertas para la compra, pero si lo que queremos es degustar las propuestas culinarias de cada una de ellas nos bastará con consultar su carta, hacer nuestro pedido en la misma parada y esperar a que nos lo sirvan, listo para comer en las mesas interiores o en la enorme terraza exterior.
De hecho, la terraza, uno de los espacios más buscados en pandemia, ha sido parcialmente renovada y dispone ahora de un toldo retráctil, que se adapta a las necesidades climatológicas del momento, para disfrutar del sol o de la sombra según convenga. Otra de las novedades del Mercat Vell es la parada 4 Cors, donde podemos comprar y degustar los productos de proveedores de proximidad: Forn Baluard, con sus reconocidísimos panes artesanos; Nomad Coffee, tostadores de café y referentes en el café de especialidad; y Angelo, cuyos helados fueron distinguidos como los mejores del mundo en 2006. Los pasteles y dulces irán cambiando, pero siempre provendrán de proyectos locales, apasionados por lo artesano.
Paradas para todos los gustos
Del resto de paradas, se mantiene la frutería Hom que, desde 1963 provee a los sancugatenses con fruta y verdura de productores de la zona. Es la única de todas ellas que no ofrece servicio de degustación. Sí lo hace La Peixateria, que propone una amplia carta con pescado y marisco fresco, procedente de lonjas catalanas y gallegas, cocinado a la plancha, y añade algunas frituras y entrantes para acompañar. También se puede saborear pescado en El Japo, con todos los básicos del sushi nipón: nigiris, uramaki, sashimi, etc., además de otras especialidades orientales al wok o los siempre interesantes baos.
La brasa nos espera en La Carnisseria, para deleitarnos con buenos chuletones, butifarras, churrasco adobado o solomillo, entre otros, con sus guarniciones. Si queremos menos contundencia, también preparan empanadas argentinas y una decena de hamburguesas con carne de aguja de ternera gallega y pan de brioche, de sésamo o de cristal: la americana, que incorpora huevo frito; la menorquina, con sobrasada; la mediterránea, con jamón ibérico y queso de cabra. También hay un par de alternativas veggies –a base de proteína vegetal- y otras con hamburguesa de pollo.
¿Embutidos o pasta?
Para hacer un picoteo más ligero, podemos dirigirnos a La Charcutería y acertar con sus tablas de embutidos y quesos, cocas y ensaladas. Tampoco defrauda la propuesta del Pizza Bar, con una veintena de recetas de pizza, blancas o con base de tomate, que abarcan todo el abanico de gustos y que se cocinan al horno de piedra, delante de nuestros ojos. Una propuesta que se completa con platos de pasta que podemos configurar a nuestro gusto, eligiendo el tipo de pasta, los ingredientes extra que queramos añadir y la salsa: carbonara, alio e oglio, ortolana, arrabbiata, etc.
Si vamos en pareja, l’Arroseria del Mercat dispone de una variada oferta de risottos y arroces para dos personas, que nos prepararan al momento: risotto de foie, parmesano y gamba roja, arroz negro con calamarcitos, arroz de bacalao con verduritas o arroz rojo de carabinero, son algunas de las sugerencias. Para acompañar la comida o la cena, solo nos queda pasar por El Celler y hacernos con una buena cerveza. Si queremos cerrar con un cóctel, también nos lo ofrecerán.
Como ha sucedido en muchos restaurantes, el Mercat Vell también se ha adaptado a los nuevos tiempos pandémicos, haciendo que sus paradas dispongan de un servicio de take away y delivery, en caso de que prefiramos comer en casa. Aunque, claro, siempre es mejor darse una vuelta por el mercado, contemplar el producto recién llegado y degustarlo al momento, acabado de hacer. La importancia de vivir la experiencia.
Fotos: Flaminia Pelazzi.