Green Leka Can Valldaura
Green LEKA es mucho más que un restaurante ubicado en Collserola con vistas, carne de caza, buenos arroces y carne a la brasa. Green LEKA es una filosofía de vida aplicada a un restaurante, en el que todo está pensado para ser sano y responsable y para que el comensal se sienta como en casa. No solo el diseño y la arquitectura de este establecimiento están pensados para ser sostenibles, si no que todos sus platos y bebidas buscan este equilibrio entre el consumo responsable, la vuelta a las raíces culinarias y el gusto por la buena cocina.
LEKA nació, de hecho, en el Poblenou de Barcelona en 1984, como bar de barrio obrero, y ha ido evolucionando hacia una filosofía de Honest Food y Km 0 que les ha impulsado a abrir esta segunda sede en pleno pulmón barcelonés, en la sierra de Collserola. El Instituto de Arquitectura de Catalunya les propuso ante el Ayuntamiento de Cerdanyola como posibles arrendadores para continuar con un restaurante de más de 50 años de tradición, “así que presentamos un proyecto de restauración basado en la sostenibilidad, la circularidad y en principios éticos medio ambientales”, relata Iván Enríquez, uno de sus propietarios.
Las vistas al horizonte verde, una más que agradable terraza en el jardín y una decoración con bigas vistas, madera y material reutilizado como decoración, hacen que uno olvide el paso del tiempo en este local. Abrieron en noviembre de 2020, en plena pandemia, y siguen al pie del cañón ganando clientela fiel que se ha hecho fan de su forma de entender la cocina.
Y es que aquí enseguida nos sorprende en su carta la cantidad de explicaciones que dan a los comensales: de dónde procede su carne, por qué no creen en el consumo de pescado, por qué apuestan por la caza, cómo se preparan algunas recetas recuperadas de la tradición romana y medieval... Todo tiene un porqué en Green LEKA.
La brasa tradicional es uno de los must de este restaurante, en el que cocinan vegetales de la huerta y distintos cortes de carnes de ternera, cabra, cordero, cerdo y caza, siempre dependiendo de la temporada. De hecho, la carne es una de sus especialidades y sorprende su afán por acercarnos al consumo de carne de jabalí local. Criados en libertad, explican las propiedades de un manjar que cocinan en salsa boloñesa para dar sabor a sus macarrones.
Otro de los platos estrella del local son sus arroces, entre los cuales destaca su “arroz de entrecot”, un arroz de montaña con un impresionante corte de carne que nos deja la boca abierta con solo echarle un vistazo. Para los que no sean carnívoros, el arroz de verduras es una muy buena opción.
El horno de leña es otro elemento esencial en la cocina de Green LEKA. Hecho a la manera tradicional, con ladrillos prensados catalanes y barro, allí trabajan las bajas temperaturas y platos ahumados como huevos, pollo, cordero y platos vegetarianos. De hecho, en la cocina de Green LEKA lo hacen todo: “Ahumamos, fermentamos, encurtimos, curamos, conservamos y experimentamos con productos éticos”, explica Iván. Se priorizan los productos de su propia huerta, locales y estacionales. Incluso fabrican sus propias bebidas: limonada, kombutxa, con hierbas botánicas,... Y su propia agua purificada con el sistema de Agua Km0.
En su carta, extensa y variada, tienen un apartado dedicado a las cazuelas de huevos: A la riojana, de espinacas a la catalana, de botifarra de perol, con panceta y patatas, o de setas y patatas fritas. Hay que dejarse seducir, también, por sus propuestas recuperadas de recetarios antiguos y populares, como por ejemplo el Dip de queso de Almedroc, una especialidad que ya se cita en el libro del Sent Soví, del siglo XIV; o la Salsa Juvert, que aparece en el primer recetario catalán, de origen medieval; o su Picadillo de cordero, un guisado del siglo XV.
En el apartado de postres, cuesta decidirse entre todas sus propuestas caseras: pastel de queso, flan de huevo, la tradicional crema catalana o unas trufas de chocolate de una cooperativa de Tanzania.
A tan sólo unos 20 minutos del centro de Barcelona existe este pequeño paraíso. Os recomendamos que os dejéis aconsejar y que os permitáis este lujo para los sentidos.
Fotos: Flaminia Pelazzi.