La Gandula se estrena este año con las cosas claras y con ganas de ser una propuesta muy atractiva para los usuarios de una de las playas más bonitas de la Costa Brava: Sa Riera de Begur. El restaurante, a pie de playa, tiene una magnífica terraza de madera desde la que se tienen unas vistas agradables y relajantes —¡y aún más si te sientas en una de sus tumbonas!—. De hecho, su ubicación es uno de los puntos fuertes de La Gandula, pero no es el único: la gastronomía y la preocupación por el medio ambiente son dos puntales más de esta propuesta ambiciosa, joven y atractiva.
Al frente de La Gandula hay tres jóvenes de Begur: Marc Silvestre, socio del restaurante japonés Can Kai de Begur y del Can Kai Taro a La Bisbal, y la pareja formada por Lucas Morató y Celeste Smitsaart, propietarios del Turandot de Begur. Los tres, con experiencia en restauración y amigos desde hace años, decidieron, en el transcurso de una cena, optar a esta concesión del Ayuntamiento de Begur. «Fue todo un sprint: en noviembre presentamos la propuesta, pero hasta abril no nos dieron oficialmente la concesión; desde entonces hasta ahora lo hemos montado todo», explica Celeste, actual jefa de sala.
La propuesta gastronómica está a cargo de Marc y Lucas, que destilan experiencia y creatividad poniendo al día algunas de las tapas de toda la vida, con claras influencias de la cocina japonesa. La idea es combinar el producto fresco de temporada con creaciones culinarias divertidas y un punto sofisticadas. Un claro ejemplo es el tartar de ostra Gillerdeau con tartar de toro, salicornia, salsa teriyaki y un toque de limón, servido espectacularmente en su concha sobre un lecho de hielo. Una tapa para dar un auténtico sorbo de la esencia del mar y que tiene el éxito asegurado. O un tataki de atún rojo bluefin del Mediterráneo con aguacate y cebolla escalibada. O el taco de cerdo adobado con salsa roja tatemada y pico de gallo... Un mundo de fusiones y de influencias que los dos cocineros saben combinar con equilibrio y gusto.
Estos platos se complementan con las propuestas de producto del día y proximidad, tales como navajas, mejillones, coquinas o pescados a la brasa, calamar de potera a la brasa con su tinta y romesco, carpaccio de gamba roja, etc. Y las carnes, con una carrillera de ternera cocinada a baja temperatura, parmentier y salsa de setas y melangé de especias, el solomillo de ternera de Girona o el chuletón de vaca madurada. Sin olvidar que en La Gandula también se pueden pedir unas patatas bravas, unas croquetas caseras de chipirones o un gazpacho (eso sí, con tomates ecológicos y helado de bloody mary).
Los postres también son sensacionales y todos cuentan con personalidad propia. Una buena muestra es el Tropical, un postre para ir descubriendo los diferentes sabores a medida que vas hundiendo la cuchara: coco, mango, fruta de la pasión y piña.
«Al mediodía, la gente tiene más prisa y con unas cuantas tapas es suficiente; para cenar, los clientes acostumbran a compartir unas tapas y luego toman un segundo plato principal», explica Marc. Y es que en La Gandula se puede comer a todas horas, ya que tiene un horario extensísimo: de 9 de la mañana a 12 de la noche. «Tenemos muchos clientes al atardecer, que vienen a tomar una cerveza antes de cenar, o que se quedan a hacer una sobremesa», asegura Celeste. El público es ecléctico: «gente joven, mayor... Gente, en definitiva, que quiere venir a disfrutar de un momento de relax» añade.
Playa
Sa Riera Girona
España
Un proyecto sostenible
Otro de los motivos para ir a La Gandula es que se trata de un proyecto sostenible. Celeste está muy preocupada por el medio ambiente y cree que todos podemos aportar nuestro granito de arena. Per eso decidió importar sus ideas al nuevo chiringuito. La Gandula está hecho todo de madera—lo que da un encanto incuestionable—, tiene placas solares en el tejado para el autoconsumo y agua osmotizada. No se vende nada de plástico, todo es vidrio, y las botellas de agua son rPET (reciclables) y se rellenan. Para limpiar se utilizan productos ecológicos y la maquinaria de la cocina es toda de gas. Lo cierto es que La Gandula, a pesar de su juventud, ya forma parte del paisaje de Sa Riera porque mantiene un elegante equilibrio con el entorno.
Celeste, toda vitalidad, ya está pensando en organizar actividades que animen al público: cada domingo de 5 a 7 de la tarde, música con un DJ o los jueves música en directo. Y también quiere llevar a cabo actividades sostenibles, como un taller de elaboración de productos naturales. Gastronomía y sostenibilidad en primera línea de mar.
Fotos: Martí Artalejo.